Este mural se basa en la novela distópica “Nosotros”, escrita en 1924 por el escritor ruso Yevgueni Zamiatin.

Esta ficción se ambienta en una sociedad futura en la que acaba de finalizar una guerra que duró 200 años. La población superviviente al conflicto se refugia en una ciudad de cristal y acero, donde, para conseguir la felicidad, calculada y programada mediante fórmulas matemáticas, renuncian a la libertad. Todo lo conocido está organizado por fórmulas y reglas estrictas que se deben cumplir sin cuestionarse. Aunque el reparto de horarios y tareas es casi perfecto, aún queda una hora de tiempo libre al día, la hora de asueto, en la que los números (en esta sociedad no se tienen nombres, cada individuo tiene asignada una letra seguida de una cifra) pueden disfrutar paseando en ordenadas filas de a cuatro escuchando el himno militar del Estado Único (nombre que recibe su ciudad).

El mural representa por medio de mariquitas esos paseos de los números durante la hora de asueto, uniformados de un color triste y apagado como el gris. Pero de ahí surge una rebelión al sistema establecido, un enamoramiento de uno de los números, que opta por el individualismo y renuncia al nosotros como sociedad. Esa rebelión esta simbolizada por medio de la mariquita amarilla a la cual se le desprende su uniforme gris y deja observar su color alegre, el cual destaca por encima de todos los demás.